En su discurso ante la American Bible Society (ABS), el Nuncio Apostólico en Estados Unidos, Mons. Christophe Pierre, destacó el deseo de la Iglesia de que los fieles se eduquen de manera continua en las Sagradas Escrituras y para ello procura, "con solicitud materna", que se redacten traducciones de la Biblia "aptas y fieles" a los textos primitivos.
El representante vaticano hizo esta afirmación el pasado 26 de octubre en la sede de la ABS, ante el presidente y director ejecutivo de esta sociedad, Roy Peterson; y el Arzobispo de Filadelfia, Mons. Charles Chaput.
En su discurso, Mons. Pierre recordó que "desde tiempos ancestrales, ha existido en nuestra tradición católica una gran preocupación por saber enseñar, orar y divulgar las Sagradas Escrituras al fiel pueblo de Dios", y por ello "la Iglesia siempre se ha preocupado porque sean apropiadas las interpretaciones y traducciones de los antiguos textos sagrados".
Sin embargo, explicó que con el paso del griego al latín, fueron apareciendo distintas versiones que hicieron "imposible en cierto momento narrar la misma historia de la salvación a todo lo largo y ancho de las comunidades cristianas mediterráneas".
Por ello en el año 382 el Papa San Dámaso I encargó a San Jerónimo revisar "los textos de la Vetus Latina con el fin de crear una nueva versión de las Sagradas Escrituras, esperando que ésta fuera capaz de integrar de manera más fiel la verdad sobre la revelación".
San Jerónimo tradujo las Escrituras a partir de las lenguas en que fueron escritos los antiguos manuscritos, específicamente del hebreo, arameo y griego, y entregó "la espléndida traducción de la versio vulgata (versión popular) que la Iglesia de Roma habría de autorizar y adoptar" como la "edición oficialmente reconocida".