El fundamento de esta enseñanza, explican los cardenales, está en el numeral 79 de la encíclica Veritatis Splendor (El esplendor de la verdad) del Papa San Juan Pablo II que señala que es posible "calificar como moralmente mala según su especie (…) la elección deliberada de algunos comportamientos o actos determinados prescindiendo de la intención por la que la elección es hecha o de la totalidad de las consecuencias previsibles de aquel acto para todas las personas interesadas".
"Según la 'Veritatis Splendor' –prosiguen– en el caso de acciones intrínsecamente malas no es necesario ningún discernimiento de las circunstancias o de las intenciones".
3. Sobre el párrafo 301
La duda se refiere a si es posible afirmar que "una persona que vive habitualmente en contradicción con un mandamiento de la ley de Dios, como por ejemplo el que prohíbe el adulterio, se encuentra en situación objetiva de pecado grave habitual".
En el párrafo 301 la exhortación apostólica Amoris Laetitia señala que "la Iglesia posee una sólida reflexión acerca de los condicionamientos y circunstancias atenuantes" y que "por eso ya no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada 'irregular' viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante".
El sustento en la pregunta sobre este párrafo, dicen los 4 cardenales, está en la declaración del 24 de junio del 2000 del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos que señala que "a la sagrada comunión no serán admitidos (… los que) obstinadamente perseveran en un manifiesto pecado grave".
La declaración "afirma que este canon es aplicable también a los fieles divorciados que se han vuelto a casar civilmente. Aclara que el 'pecado grave' debe ser comprendido objetivamente, dado que el ministro de la Eucaristía no tiene los medios para juzgar la imputabilidad subjetiva de la persona".
4. Sobre el párrafo 304
La pregunta de los cardenales aquí es si es posible afirmar si es válida aún la enseñanza del Papa Juan Pablo II en la Veritatis Splendor numeral 81 según la cual "las circunstancias o las intenciones nunca podrán transformar un acto intrínsecamente deshonesto por su objeto en un acto subjetivamente honesto o justificable como elección".
En el párrafo 302 la exhortación Amoris Laetitia subraya que "un juicio negativo sobre una situación objetiva no implica un juicio sobre la imputabilidad o la culpabilidad de la persona involucrada".
Por ello, resaltan los cardenales firmantes de la carta enviada al Papa Francisco el 19 de septiembre, "la cuestión es si Amoris Laetitia concuerda al decir que todo acto que transgrede los mandamientos de Dios –como el adulterio, el robo, el falso testimonio–, no puede convertirse jamás, consideradas las circunstancias que mitigan la responsabilidad personal, en excusable o incluso bueno".
5. Sobre el párrafo 303
La pregunta que formulan aquí los cardenales Brandmüller, Meisner, Cafarra y Burke, es si es posible afirmar que es válida la enseñanza de Juan Pablo II en la encíclica Veritatis Splendor numeral 56 "que excluye una interpretación creativa del papel de la conciencia y afirma que ésta nunca está autorizada para legitimar excepciones a las normas morales absolutas que prohíben acciones intrínsecamente malas por su objeto".
El numeral 303 de la Amoris Laetitia afirma que "la conciencia puede reconocer no solo que una situación no responde objetivamente a la propuesta general del Evangelio. También puede reconocer con sinceridad y honestidad aquello que, por ahora, es la respuesta generosa que se puede ofrecer a Dios".
Los cardenales señalan que "para todos los que proponen la idea de la conciencia creativa, los preceptos de la ley de Dios y la norma de la conciencia individual pueden estar en tensión o también en oposición, mientras que la palabra final debería tenerla siempre la conciencia, que en última instancia decide respecto al bien y al mal".
"Según Veritatis Splendor n. 56, 'con esta base se pretende establecer la legitimidad de las llamadas soluciones pastorales', contrarias a las enseñanzas del Magisterio, y justificar una hermenéutica creativa, según la cual la conciencia moral no estaría obligada en absoluto, en todos los casos, por un precepto negativo particular'. En esta perspectiva, nunca será suficiente para la conciencia moral saber que 'esto es adulterio', 'esto es homicidio', para saber si se trata de algo que no puede y no debe ser hecho. Más bien se debería mirar también a las circunstancias y a las intenciones para saber si este acto no podría, después de todo, ser excusable o incluso obligatorio".
Para estas teorías, prosiguen, "la conciencia podría, de hecho, decidir legítimamente que, en un determinado caso, la voluntad de Dios para mí consiste en un acto en el que yo quebranto uno de sus mandamientos. 'No cometer adulterio' sería visto solo como una norma general. Aquí y ahora, y dadas mis buenas intenciones, cometer adulterio sería lo que Dios requiere realmente de mí. En estos términos se podría, como mínimo, elaborar hipótesis de casos de adulterio virtuoso, de homicidio legal y de perjurio obligatorio".
Esto significaría, resaltan los purpurados firmantes de la carta enviada al Papa Francisco, "concebir la conciencia como una facultad para decidir autónomamente respecto al bien y al mal, y la ley de Dios como una carga impuesta arbitrariamente y que podría, en un determinado momento, estar en oposición a nuestra verdadera felicidad".
Pero la conciencia, continúan, "no decide sobre el bien y el mal. La idea de 'decisión de conciencia' es engañosa. El acto propio de la conciencia es juzgar, no decidir. Ella dice 'esto es bueno', 'esto es malo'.
"Esta bondad o maldad no depende de ella. La conciencia acepta y reconoce la bondad o maldad de una acción y para hacer esto, es decir, para juzgar, la conciencia necesita criterios, depende enteramente de la verdad".
En esa línea, destacan, "los mandamientos de Dios son una agradecida ayuda ofrecida a la conciencia para aprehender la verdad y así juzgar según la verdad. Los mandamientos de Dios son expresiones de la verdad acerca del bien, de nuestro ser más profundo, abriendo algo crucial en relación a cómo vivir bien".
También te puede interesar:
Dona a ACI Prensa
Si decides ayudarnos, ten la certeza que te lo agradeceremos de corazón.
Donar