VATICANO,
A lo largo de 3 días, unos 6.000 sin techo y personas socialmente excluidas han vivido su particular Jubileo de la Misericordia en Roma y en el Vaticano, el cual concluyó con una Misa en la Basílica de San Pedro y unas palabras de ánimo del Papa Francisco quién advirtió sobre aquellos que leen los horóscopos y señaló cuáles son los bienes más importantes para el cristiano.
Al explicar las lecturas de la liturgia del día señaló que "se presentan como un 'tamiz' en medio de la corriente de nuestra vida: nos recuerdan que en este mundo casi todo pasa, como el agua que corre; pero hay cosas importantes que permanecen, como si fueran una piedra preciosa en un tamiz".
"¿Qué es lo que queda?, ¿qué es lo que tiene valor en la vida?, ¿qué riquezas son las que no desaparecen? Sin duda, dos: El Señor y el prójimo. Estos son los bienes más grandes, para amar. Todo lo demás, el cielo, la tierra, las cosas más bellas, también esta Basílica pasa; pero no debemos excluir de la vida a Dios y a los demás".
Sobre la exclusión afirmó que "la persona humana, colocada por Dios en la cumbre de la creación, es a menudo descartada, porque se prefieren las cosas que pasan".
"Y esto es inaceptable, porque el hombre es el bien más valioso a los ojos de Dios. Y es grave que nos acostumbremos a este tipo de descarte; es para preocuparse, cuando se adormece la conciencia y no se presta atención al hermano que sufre junto a nosotros o a los graves problemas del mundo, que se convierten solamente en una cantinela ya oída en los titulares de los telediarios".
Francisco indicó que uno de los síntomas de esta "esclerosis espiritual" es "cuando el interés se centra en las cosas que hay que producir, en lugar de las personas que hay que amar".