VATICANO,
El Papa Francisco dedicó la Audiencia Jubilar del Año Santo de la Misericordia a recordar que todo cristiano está llamado a acoger y a incluir al otro, al igual que hizo Jesús.
"El Evangelio nos invita a reconocer en la historia de la humanidad el designio de una gran obra de inclusión, que, respetando plenamente la libertad de cada persona, de cada comunidad, de cada pueblo, llama a todos a formar una familia de hermanos y hermanas, en la justicia, en la solidaridad y en la paz, y a ser parte de la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo", explicó el Papa.
A continuación, el texto completo de la catequesis:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En esta última Audiencia Jubilar del sábado, quisiera presentar un aspecto importante de la misericordia: la inclusión. De hecho, Dios en su designio de amor, no quiere excluir a nadie, sino quiere incluir a todos. Por ejemplo, mediante el Bautismo, nos hace sus hijos en Cristo, miembros de su cuerpo que es la Iglesia. Y nosotros cristianos estamos invitados a usar el mismo criterio: la misericordia es ese modo de actuar, ese estilo, con el cual tratamos de incluir en nuestra vida a los demás, evitando cerrarnos en nosotros mismos y en nuestras seguridades egoístas.
En el pasaje del Evangelio de Mateo que acabamos de escuchar, Jesús dirige una invitación realmente universal: «Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré» (11,28). Nadie está excluido de esta llamada, porque la misión de Jesús es aquella de revelar a cada persona el amor del Padre. A nosotros nos corresponde abrir el corazón, encomendarnos a Jesús y acoger este mensaje de amor, que nos hace participar en el misterio de la salvación.