LIMA,
La magister María Mercedes van der Ree de Rojas, auditora del Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Lima (Perú), explicó en diálogo con ACI Prensa que un divorciado vuelto a casar no puede acercarse a la comunión o la confesión porque con su situación "está yendo en contra del principio de la Iglesia de la indisolubilidad del matrimonio".
La especialista precisó que "una persona que ha estado casada antes en un matrimonio sacramental y vuelve a contraer un matrimonio civil se encuentra en una situación matrimonial irregular según el derecho canónico". "Así lo especifica el Papa San Juan Pablo II en la exhortación apostólica 'Familiaris Consortio'".
Según el documento pontificio, la Iglesia, "fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía".
"Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio".
No obstante, la especialista indicó que "eso no significa que la persona esté excluida de la Iglesia, es decir, que no tiene una pena de excomunión. Es una persona que sigue teniendo, como cualquier otro fiel, los mismos derechos y los mismos deberes que tienen todos los católicos. Por ejemplo, tiene la obligación de educar a sus hijos en la fe, de bautizarlos, ir a Misa, de rezar".
El Código de Derecho Canónico precisa, en el canon 1056, que "las propiedades esenciales del matrimonio son la unidad y la indisolubilidad, que en el matrimonio cristiano alcanzan una particular firmeza por razón del sacramento".