En una columna recientemente publicada en el diario estadounidense USA Today, Tyler J. VanderWeele, profesor de epidemiología en la Universidad de Harvard, y el experto en comunicaciones John Siniff, calificaron la asistencia regular a Misa como un "elixir para mejorar la salud física y mental".
El artículo del USA Today, titulado "La religión podría ser un medicamento milagroso", apunta a los resultados de un estudio encabezado por VanderWeele y publicado en mayo de 2016 en la prestigiosa revista de psiquiatría JAMA Psychiatry, de la Asociación Americana de Medicina.
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El estudio, titulado "Asociación entre asistencia a servicios religiosos y menores tasas de suicidio entre mujeres estadounidenses", concluyó que "la asistencia frecuente a servicios religiosos estaba asociada con una tasa significativamente más baja de suicidio".
VanderWeele y Siniff señalaron que "la salud y la religión están muy conectadas" y, de acuerdo al estudio publicado a mediados de 2016, los adultos que van a Misa al menos una vez a la semana, en comparación a quienes no asisten en lo absoluto, "han estado mostrando tener un menor riesgo de morir en la próxima década y media".
"Los resultados han sido replicados en suficientes estudios y poblaciones para ser considerados bastante confiables", aseguraron.