Malmö,
Alrededor de las 12.40 (hora local), el Papa Francisco llegó al aeropuerto internacional de Malmö para regresar a Roma, Italia.
Le acompañaban el Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Pietro Parolin, y el Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, Cardenal Kurt Koch.
Tras despedirse del Obispo católico de Estocolmo, Mons. Andres Arborelius, y de la primada de la Iglesia de Suecia, la arzobispo Antje Jackelèn, el Papa se dirigió hacia el avión de Alitalia, engalanado con las banderas de la Ciudad del Vaticano y del Reino de Suecia, que ya lo lleva de vuelta a Roma.
En medio de un fuerte viento, el Papa subió las escaleras de acceso al avión. Antes de introducirse en la escotilla de entrada se giró y saludó con la mano a los congregados una última vez.
Desde el avión, el Pontífice se ha despedido de los reyes de Suecia mediante el siguiente telegrama: "en el momento de dejar Suecia, quiero expresar mi profunda gratitud a su majestad, a los miembros de la familia real y a todo el pueblo sueco por su cálida bienvenida y hospitalidad. Con la certeza de mis oraciones, invoco sobre la nación la bendición de Dios todopoderoso".
El Papa finaliza así un viaje de dos días a Suecia donde ha desarrollado una intensa agenda ecuménica con motivo de la conmemoración de los 500 años de la reforma protestante y de los 50 del diálogo entre católicos y luteranos.