Malmö,
Marguerite Barankitse es el nombre de una refugiada de Burundi que vive actualmente en Rwanda adonde llegó huyendo de la persecución en su país. En el encuentro ecuménico en el Malmo Arena en Suecia, esta madre cristiana pidió a los presentes compartir su "locura" del amor por los más vulnerables lo que generó la alegría del Papa Francisco.
Barankitse compartió su dolorosa experiencia ya que Burundi sufrió "muchas masacres desde 1962".
"Como madre y cristiana, decidí rechazar esa situación y decidí crear en 1993 una asociación 'Casa de paz' para recibir a todos los niños que sufren, pero todos me decían "¿estás loca? ¿Qué estás haciendo? No tienes dinero".
"No olviden que el primer loco fue Jesús, en la cruz. Durante 22 años luché, nadie entendía. ¿Cuál es tu plan? Amor ¿tu estrategia? Amor. No quiero hacer una congregación, quiero hacer una nueva generación que derrote la violencia en el país. Esos miles de niños crecieron y se hicieron médicos, ingenieros, abogados y algunos de ellos se convirtieron en mis colegas, como el director ejecutivo de mi organización".
"Es la victoria del amor sobre el odio", relató.
El año pasado volvió la violencia a Burundi y Marguerite debió huir: "huí con mi tesoro, el amor. He creado otra vez en Ruanda, algo para ayudar a estos jóvenes que son nuestra riqueza, por favor acepten ser locos como yo. ¿Lo aceptan? Acéptenlo. Acepten al Señor, acepten estas vocaciones únicas". Lo dicho por la mujer alegró visiblemente al Pontífice.