VATICANO,
El Papa Francisco habló en una audiencia privada a religiosos sobre "la vida consagrada en la Iglesia particular", "creación de nuevos institutos de vida consagrada" y las "relaciones mutuas", en un discurso en el que invitó a amar en profundidad la vida consagrada.
Francisco pidió no olvidar que "la vida consagrada es un don a la Iglesia, nace de la Iglesia, crece en la Iglesia, está toda orientada a la Iglesia" y animó a los obispos a "manifestar una especial solicitud por promover en vuestras Iglesias los diferentes carismas, tanto antiguos como nuevos, así como a estar cerca de los consagrados, con ternura y amor y a enseñar al pueblo de Dios el valor de la vida consagrada". Así exhortó a todos a "amar la vida consagrada" y a "conocerla en profundidad".
Francisco ofreció este discurso a los participantes del Congreso Internacional para los Vicarios Episcopales y Delegados para la Vida Consagrada que se celebra desde hoy y hasta el día 30 de octubre en Roma.
Por otro lado, a los religiosos recordó que "la justa autonomía y las exenciones no se pueden confundir con el aislamiento y la independencia". "Hoy más que nunca es necesario vivir la justa autonomía y la exención, en los institutos en estrecha relación con la inserción de modo tal que la libertad carismática y la catolicidad de la vida consagrada se expresen también en el contexto de la Iglesia particular", señaló.
"A la luz del Concilio Vaticano II hoy hablamos de coexistencia de los dones jerárquicos y los dones carismáticos que fluyen del único Espíritu de Dios y alimentan la vida de la Iglesia y su acción misionera".
"Todos estos dones –explicó– están destinados a contribuir, de varias maneras, a la edificación de la Iglesia, en relación armoniosa, y complementarse entre ellos".