ROMA,
Tras el paréntesis de paz que supuso la visita del Papa Francisco a la República Centroafricana hace un año, el país se ha sumido en una nueva espiral de violencia.
En declaraciones a ACI Prensa, el Obispo de Bangassou, Mons. Juan José Aguirre Muñoz, ha denunciado que la guerrilla rebelde islamista Seleka, y su rival Antibalaka, continúan violando los derechos humanos de la población local.
La guerrilla Seleka ha bloqueado "un corredor enorme que va desde la frontera norte del Chad y la zona de Birao, hasta Ndele, Kaga Bandoro, Bambari y Kouango. La ruta hacia Bangassou está bloqueada por cientos de barreras, las zonas mineras están sometidas al saqueo sistemático de los rebeldes Seleka, y los no musulmanes que viven en estas regiones son sometidos a intimidaciones, raptos, saqueos y asesinatos".
Sin ir más lejos, dijo el Obispo, "el 5 de octubre, en Kaga Bandoro, un grupo de Selekas atacó el obispado, las ONG colindantes y el mercado. Murieron decenas de personas y hubo muchos heridos. La ciudad quedó al borde del colapso".
Mons. Aguirre no duda en tildar estos recientes hechos de "crímenes de guerra". Pero insiste en que la violencia no solo la ejercen los islamistas. Musulmanes inocentes siguen sufriendo la violencia de la otra guerrilla importante del país, los Antibalaka, formada por no musulmanes.