VATICANO,
El Vaticano ha presentado un documento acerca de la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación, elaborado por la Congregación para la Doctrina de la Fe que está presidida por el Cardenal Gerhard Müller.
Con estas nuevas normas incluidas en la instrucción titulada Ad resurgendum cum Christo, se prohíbe algunas prácticas ampliamente difundidas en la actualidad entre los católicos como la conservación de las cenizas en el hogar, esparcir las cenizas del difunto en el mar o usarlas para confeccionar recuerdos.
La cremación es lícita y las cenizas deben conservarse en un lugar sagrado
La Iglesia establece ahora que "cuando razones de tipo higiénicas, económicas o sociales lleven a optar por la cremación, ésta no debe ser contraria a la voluntad expresa o razonablemente presunta del fiel difunto, la Iglesia no ve razones doctrinales para evitar esta práctica, ya que la cremación del cadáver no toca el alma" ni tampoco niega "la doctrina cristiana sobre la inmortalidad del alma y la resurrección del cuerpo".
El texto precisa que la Iglesia "sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, porque con ella se demuestra un mayor aprecio por los difuntos; sin embargo, la cremación no está prohibida a no ser que haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina cristiana".
Las cenizas, precisa el texto, "deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica competente".