VATICANO,
El Papa pidió a los jesuitas obediencia, misericordia y servicio al prójimo, pocos días después de que los jesuitas eligieran a su nuevo superior general. El Pontífice alertó a todos para que "el enemigo de natura humana no nos robe la alegría: la alegría de evangelizar".
Así lo dijo el Santo Padre al visitar la 36º Congregación General reunida en Roma. Francisco les dirigió un discurso en el que les pidió además acudir a las periferias para ayudar a todos los hombres.
"Como os han dicho en varias ocasiones mis antecesores, la Iglesia os necesita, cuenta con vosotros y sigue confiando en vosotros, de modo especial para llegar a los lugares físicos y espirituales a los que otros no llegan o les resulta difícil hacerlo", dijo Francisco.
El Papa les pidió "caminar juntos –libres y obedientes– caminar yendo a las periferias donde otros no llegan, bajo la mirada de Jesús y mirando el horizonte que es la Gloria de Dios siempre mayor, el que nos sorprende siempre".
Francisco habló de la regla de vida de la Compañía de Jesús y les recordó algunas de sus características recordándoles que "tanto la pobreza como la obediencia o el hecho de no estar obligados a cosas como rezar en coro, no son ni exigencias ni privilegios, sino ayudas que hacen a la movilidad de la Compañía, al estar disponibles para correr por la vía de Cristo Nuestro Señor teniendo, gracias al voto de obediencia al Papa, una más cierta dirección del Espíritu Santo".
"El caminar, para Ignacio, no es un mero ir y andar sino que se traduce en algo cualitativo: es aprovechamiento y progreso, es ir adelante, es hacer algo en favor de los otros".