VATICANO,
Cerca de 10.000 cantantes procedentes de coros de toda Italia y otros países, han acudido a Roma para asistir al Jubileo de los Coros y de los Animadores Litúrgicos. Este viernes los participantes abarrotaron el Aula Pablo VI en el Vaticano.
Las sesiones, moderadas por Mons. Marco Frisina, director del coro de la diócesis de Roma, analizaron desde diferentes perspectivas y disciplinas, la función litúrgica de la música.
Mons. Frisina señaló, en un momento de su intervención, que "la música abre nuestro corazón a Dios, al igual que todas las artes. La música es un don extraordinario de Dios".
En declaraciones a ACI Prensa, el director afirmó que "el poder de la música es el amor, porque cantamos únicamente por amor, y la oración es amor y Dios es amor. Toda la vida es cantar a Dios con la mente, con la voz, con el corazón. Es una forma de orar".
"La música tiene un fuerte poder para evangelizar. La evangelización consiste en llevar al corazón de los hombres la alegría del mensaje de Cristo, y a eso puede contribuir la música de una forma esencial", resaltó.
Tras una breve pausa, las sesiones de la tarde comenzaron con la intervención del P. Marko Ivan Rupnik, sacerdote, artista y teólogo, que habló sobre la música como forma de contemplación de la belleza de Dios. "Me sorprendió enormemente que me llamaran a hablar aquí, ya que en mis muchos años de sacerdote lo único que he cantado es 'el Señor esté con vosotros'", bromeó.