BUENOS AIRES,
Los "curas villeros" de Buenos Aires, sacerdotes que trabajan en las llamadas villas miseria de Argentina, señalaron que "a medida que pasan los días crecemos en la certeza de que al padre Viroche lo mató la mafia que él denunció y por la cual fue amenazado".
El P. Juan Viroche era párroco de Nuestra Señora del Valle, localidad de Ingenio La Florida en Tucumán. Fue encontrado ahorcado el 5 de octubre en la parroquia. El sacerdote de 46 años era conocido por su comprometido trabajo con los fieles, el acompañamiento y prevención en drogas hacia los jóvenes, además de sus mensajes y denuncias contra el narcotráfico.
Las pericias iniciales indicaron que fue un suicidio. Sin embargo, la investigación aún continúa porque en el lugar donde se encontró el cuerpo había signos de violencia. Además, algunos cercanos al sacerdote afirman que fue golpeado antes de morir, mientras que otras versiones indican que fue un homicidio ordenado por bandas de narcotráfico.
Días antes de morir, el P. Viroche solicitó al Arzobispo de Tucumán, Mons. Alfredo Zecca, el cambio de parroquia debido a las amenazas que recibía de los grupos de narcotráfico. Si bien se autorizó el traslado, él prefirió esperar el término de una novena en su comunidad.
El 16 de octubre 20 curas villeros difundieron un comunicado en el que expresaron que a las "mafias" del narcotráfico "las mueve el deseo de acumular dinero, sin importarles que esté salpicado de sangre inocente. Sin importarles el dejar hipotecadas vidas de niños y niñas, adolescentes y jóvenes".
"La mafia es como una mancha de aceite que lo invade todo, no hay institución a la que no pueda alcanzar. Y le seduce todo lo que de alguna manera detente poder. Por consiguiente no confundamos la mafia del narcotráfico con dos pibes jóvenes que usan visera", precisaron.