BUENOS AIRES,
"Rezar es provocar, pero… ¿Destruir bienes patrimoniales es libertad de expresión?", así comenzó el mensaje del párroco de Nuestra Señora del Carmen en Rosario, Argentina, P. Hernán Sevillano Castillo, que además lamentó los "momentos de pánico, angustia y ansiedad" que vivieron los fieles a raíz de la violencia de la marcha del 31° Encuentro Nacional De Mujeres (ENM) el pasado 10 de octubre.
El sacerdote publicó una carta donde cuestiona el uso de la libertad de expresión que hicieron las manifestantes de la marcha ENM, que como cada año cruzan el centro de la ciudad que los acoge realizando desmanes, rayados y agrediendo de forma verbal y física a quienes no comparten sus posiciones.
En esta ocasión intentaron profanar la Catedral de Rosario y ya en 2015 derrumbaron la reja que protegía la Catedral de Mar del Plata, agrediendo a los católicos con piedras, botellas, pintura y artefactos incendiarios.
Cuando la marcha pasaba por fuera de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, a eso de las 6:30pm, el sacerdote se ve obligado a celebrar la Misa a puertas cerradas y con las luces apagadas "para no provocar a un montón de mujeres que reclaman sus derechos", pero que "lanzan improperios, consignas y expresiones vulgares en contra de la Iglesia y de los ministros ordenados", expresó.
En su carta el párroco pidió perdón a los feligreses que "soportaron más de dos horas" encerrados debido a la "amenaza provocadora" de los manifestantes que querían entrar al templo, y a los que no pudieron participar de la Misa de las 8:00pm y que fueron "objeto de toda clase de agresiones verbales y físicas" en la calle.
"Con toda firmeza exigimos el respeto de la fe católica. Nosotros no somos el blanco de la pelea. La Iglesia no puede seguir siendo el chivo expiatorio de una sociedad que cada vez que desea reclamar sus derechos la emprende contra nosotros", dijo el P. Sevillano.
"Como institución también tenemos derechos que deben ser reconocidos. Nuestros gobiernos de turno están en la obligación de pedir las responsabilidades correspondientes por las vías pacíficas y legales que corresponden al estado democrático y de derecho, para seguir construyendo una nación, más justa, en convivencia y libertad", exigió el párroco.
Si bien consideró que "la libertad de expresión es un derecho", éste "no puede atropellar la libertad de expresión de los otros, atentar contra la dignidad de las persona en su integridad física, psíquica y emocional".
"El principio de la libertad y del derecho, viene marcado por el grado de mejora que queremos para conseguir una sociedad más justa e incluyente", dijo el sacerdote rosarino.