VATICANO,
La Audiencia General de este miércoles no estuvo dedicada como cada semana a la misericordia, sino al viaje que el Papa Francisco realizó del 30 de septiembre al domingo 2 de octubre a Georgia y Azerbaiyán, en la región del Cáucaso. Por ello, el Santo Padre hizo un repaso general a su visita y recordó la buena relación que la Iglesia Católica tiene con otras confesiones religiosas.
En concreto, explicó que "esta comunión en Cristo no impide, es más, empuja, a buscar el encuentro y el diálogo con todos los que creen en Dios, para construir juntos un mundo más justo y fraterno".
"Dirigiéndome a las autoridades de estos países he deseado que las cuestiones abiertas puedan encontrar buenas soluciones, y que todas las poblaciones caucásicas vivan en la paz y en el respeto recíproco", dijo en relación a los conflictos que todavía viven ambos países.
Francisco dio gracias por la acogida que le brindaron las autoridades civiles, pero también las religiosas, por ello dio gracias especiales al "Patriarca de toda la Georgia Ilia II, cuyo su testimonio me ha hecho mucho bien al corazón y al alma, y al Jeque de los musulmanes del Cáucaso".
"Este viaje ha sido continuación del efectuado en Armenia en el mes de junio. De esta manera, he podido realizar el proyecto de visitar a estos tres países caucásicos para confirmar a la Iglesia Católica que vive en ellos y para animar el camino de estas poblaciones hacia la paz y la fraternidad".
El Pontífice habló de la historia de los dos países y aseguró que acudió para "animarles hacia la paz y la fraternidad". "Tienen raíces históricas, culturales y religiosas muy antiguas, pero en el mismo tiempo están viviendo una fase nueva: en efecto, ambos celebran este año los 25 años de su independencia, habiendo estado buena parte del siglo XX bajo el régimen soviético".