VATICANO,
El Papa Francisco recibió este jueves a los miembros de los organismos caritativos católicos que trabajan para aliviar la crisis humanitaria en Siria, Irak y países limítrofes, que siguen sufriendo la violencia alentada por "la lógica de las armas" e "intereses oscuros", que han provocado miles de muertos y millones de desplazados.
"A un año de distancia de nuestro último encuentro, debemos constatar con gran tristeza que, a pesar de los muchos esfuerzos prodigados en varios ambientes, la lógica de las armas y de la vejación, los intereses oscuros y la violencia continúan devastando estos países", denunció el Pontífice.
En ese sentido, lamentó que hasta ahora no se haya sabido "poner fin a los extenuante sufrimientos y continuas violaciones de los derechos humanos. Las consecuencias dramáticas de la crisis son visibles", una de cuyas expresiones es "el grave fenómeno migratorio".
En ese sentido, Francisco agradeció a los organismos caritativos, reunidos en Roma en su quinto encuentro promovido por el Pontificio Consejo Cor Unum. El Pontífice afirmó que ellos son "un signo de gran esperanza, por lo cual quiero agradecerles".
"Junto a ustedes, tantas personas anónimas –¡pero no para Dios!-, las cuales, especialmente en este año jubilar, rezan e interceden en silencio por las víctimas de los conflictos, sobre todo por los niños y los más débiles". "¡En Alepo los niños deben beber agua contaminada!", denunció".
En la audiencia, donde también estuvo presente Staffan de Mistura, enviado especial del Secretario General de las Naciones Unidas para Siria, el Papa reiteró que la violencia genera más violencia y lleva a una "espiral de prepotencia e inercia". Es un mal que "destruye por destruir" y por tanto signo del misterio de iniquidad que "está presente en el hombre y en la historia y que necesita ser redimido".