MADRID,
En estos días se ha dado a conocer el primer caso de eutanasia legal aplicada en Bélgica a un menor de edad. Para la plataforma Derecho a Vivir, esta muerte demuestra que la eutanasia, una vez legalizada, es imparable y no tiene límites para su aplicación. Es la teoría conocida como 'pendiente resbaladiza', que ha demostrado ser cierta.
La portavoz de Derecho a Vivir, la doctora Gádor Joya, recuerda que "los médicos no podemos colaborar ni provocar deliberadamente la muerte de un paciente. Hay que procurar su curación o paliar su sufrimiento".
Joya señala las contradicciones de la ley que permite aplicar la eutanasia a menores en Bélgica, ya que el texto indica que se realizará en casos restringidos pero también indica que se autoriza poner fin a la vida del menor cuando el sufrimiento físico sea 'insoportable' y su muerte a corto plazo sea 'inevitable'.
La portavoz de Derecho a Vivir advierte del riesgo que implica legalizar la eutanasia. "Cuando un enfermo pide morir, lo que está reclamando es no sufrir. Es excepcional que un enfermo solicite que se ponga fin a su vida. Nunca se debe legislar a partir de una excepción ni hacer de ésta una norma", concluye.
Publicado originalmente en Actuall.
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