DENVER,
La Madre Angélica no sólo dejó una huella profunda en el mundo de las telecomunicaciones sino sobre todo en el corazón de las personas, especialmente en quienes conocieron a la fundadora del canal católico EWTN. Una de ellas es Sue Kimbrell, que la conoció hace 44 años cuando era niña.
Ella contó el viernes 16 de septiembre, durante la inauguración de la calle en honor a la Madre Angélica en Irondale, Alabama (Estados Unidos) que se hizo amiga de la religiosa y contó cómo ella ayudó a su familia cuando perdieron a sus padres.
La madre de Kimbrell murió en 1968 a causa de un cáncer y dejó a su esposo a cargo de cuatro hijas cuyas edades estaban entre los 8 y 15 años. Por motivos laborales la familia se mudó a Irondale en 1972.
Kimbrell recuerda que cuando llegaron a "ese lugar silencioso en el campo" le dio curiosidad "esa hermosa iglesia y esa casa de mujeres con vestidos marrones que trabajaban en el jardín. Crucé la calle y llegué a uno de los lugares más serenos que había encontrado". Allí "conocí a una mujer muy dulce que también tenía curiosidad por sus nuevos vecinos. Dijo que su nombre era Madre Angélica, pero que podía llamarla Madre si quería".
La Madre Angélica le preguntó cómo había llegado a Irondale y "fue por su dulce naturaleza y su serenidad que le conté cómo había perdido a mi mamá por el cáncer y cómo mi papá estaba haciendo lo mejor para cuidarnos y proveernos. Nos hicimos amigas y cuando tenía tiempo iba al monasterio para visitar a la madre. No le importó que yo fuera a una iglesia bautista, ella no trató de cambiar mi religión, ella me mostró la atención y siempre me recibió con un abrazo".
La mujer contó que la Madre Angélica criaba gallinas, pollos y cuando ella iba a visitarla, la religiosa le preguntaba si su familia tenía suficiente para comer y le ofrecía huevos para que los comparta con sus hermanas.