VATICANO,
El sacerdote, escritor y funcionario de la Secretaría de Estado del Vaticano, Mons. Florian Kolfhaus, escribió un comentario sobre la "mística" de Santa Teresa de Calcuta, a quien llamó "El ángel de los pobres en el Monte de los Olivos".
Aquí el resumen de su columna publicada originalmente en CNA Deutsche:
Santa Teresa de Calcuta es un ícono del Año de la Misericordia. Como enfermera conoció el sufrimiento físico y emocional de las personas, y es respetada por su servicio desinteresado entre los enfermos y abandonados.
Madre Teresa nunca quiso ser más que ningún trabajador social o filántropo, ella solo quería servir a Cristo. Entendió que Jesús se encuentra en el más pobre entre los pobres, que Él sufrió y continúa sufriendo de manera misteriosa en cada enfermo y hambriento.
En el Monte de los Olivos y el Gólgota, Jesús tuvo a todos los hombres del mundo de pie frente a sus ojos, no una masa anónima, sino a cada individuo en particular. Y aunque Él, verdadero Dios y verdadero hombre, sufrió por los pecados de la humanidad, fue consolado por cada oración piadosa, inclusive aquellas que son recitadas 2.000 años después de su Pasión, Muerte y Resurrección.
Las buenas obras que se estén realizando hoy en día, en aquel tiempo fueron una gota de agua en sus labios resecos. Madre Teresa escuchó su grito "tengo sed" y le dio de beber al mostrar su amor tierno por los necesitados. "Tengo sed" gritaba Cristo, quien anhela el agua de nuestra devoción. Los Santos comprendieron que el Señor se hizo mendigo sí mismo mendigo para que podamos aliviar en algo su angustia.