BUENOS AIRES,
Los medios argentinos e internacionales dieron a conocer hace algunos días el allanamiento que se hizo al ahora conocido monasterio carmelita de Nogoyá, luego que una revista "denunciara" supuestas torturas físicas cometidas en el lugar. Un experto en derecho canónico explica la realidad de la situación y derriba las leyendas negras que se han originado al respecto.
El 24 de agosto la revista argentina Análisis de la Actualidad, en su versión impresa, publicó un reportaje con el testimonio de mujeres que dijeron ser ex monjas de la congregación y que denunciaban supuestas torturas con látigos y cilicios, tras lo cual las autoridades realizaron un violento allanamiento del monasterio que ha sido calificado como una torpeza jurídica, policial y mediática por el Sindicato de Prensa de Entre Ríos.
En un comunicado de la Sociedad Argentina de Derecho Canónico (SADEC) firmado por el presidente de la institución, P. Esteban Alfón, se señala que las religiosas del Monasterio Preciosísima Sangre y Nuestra Señora del Carmelo, al "igual que todos los religiosos, consagran su persona entera como ofrenda a Dios".
"Se trata de mujeres que, sintiendo un especial llamado de Dios, viven de un modo diferente al de otras vocaciones en la Iglesia" la penitencia, la disciplina, el ayuno y otras prácticas que "constituyen parte de esa entrega a Dios y unión con los hermanos que sufren".
En cuanto a la regla de vida "tan estricta y rigurosa" de las carmelitas, la Iglesia "dispone obligatoriamente que haya un suficiente tiempo de discernimiento- que incluso puede variar según el caso- a fin de poder abrazar este modo de vida".
El documento aclara que para "pertenecer al Instituto se requiere tener al menos 18 años de edad y ser libres de ingresar y permanecer (…) En caso de haber realizado sus votos de modo perpetuo pedirá a la Santa Sede que le dispense de ellos, lo cual constituye una cuestión de conciencia, de su relación personal con Dios, y de ningún modo se impedirá su salida del monasterio".