BOGOTÁ,
El Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Mons. Joseph E. Kurtz, presidió la Misa con la que se inició la segunda jornada del "Jubileo Extraordinario de la Misericordia en el Continente Americano", donde invitó a obispos, sacerdotes y laicos a preguntarse si "¿he permitido que Jesús ablande mi corazón?", porque para llevar misericordia, primero debemos recibirla de Cristo.
El Arzobispo reflexionó sobre la parábola del banquete de bodas, donde uno de los personajes se ubica en "un puesto de preeminencia, pero pasa vergüenza cuando lo envían a un lugar inferior". "Una lástima por él y por todos aquellos que, aunque no buscaron los primeros lugares, se preocuparon en sus corazones por ser notados y por obtener algún tipo de trato preferencial", señaló.
El Presidente de la USCCB explicó que en una boda son los esposos quienes desean compartir su alegría, "pero esta persona desafortunadamente sólo piensa en su propio lugar en el banquete. Señor, ten piedad; ten piedad cuando pienso no en los demás sino (…) busco ser yo el centro en un banquete ajeno".
En ese sentido, preguntó "¿cuál será el efecto de este gran Año Jubilar de la Misericordia? Hoy no nos fijamos en la Iglesia Universal o en la diócesis que nos ha tocado servir. Hoy más bien miramos dentro de nuestros corazones. ¿He permitido a Jesús que ablande mi corazón? ¿Me presento ahora al banquete para compartir la alegría de los novios, o sigo buscando ocupar los primeros lugares?".
Mons. Kurtz recordó que cuando se le preguntó al Papa Francisco cómo se describiría a sí mismo, "él respondió con sencillez: 'Soy un pecador'", llamando así a la humildad e invitando a seguir a Cristo en la misericordia.
"El P. Servais Pinckaers, O. P., en La espiritualidad del martirio… Hasta los límites del amor, identifica el núcleo de los mártires de la Iglesia naciente no en su gran valentía y fuerza, sino en su humildad y en su fe al seguir al Señor Jesús", afirmó.