Según la hermana todo ocurrió el 24 de agosto mientras dormía en el convento Don Minozzi de Amatrice (Italia). Cerca de las 03:30 de la madrugada se despertó por el movimiento telúrico que alcanzó los 6 grados en la escala de Richter y que además destrozó las localidades de Norcia y Accumoli.
"Al principio no entendía lo que pasaba. Me desperté con un sobresalto y vi que la cama estaba llena de mi propia sangre, porque un pedazo de la casa me dio en la cabeza. Todo lo que vi fue sangre y polvo. Estaba en estado de shock", contó.
Lo primero que hizo Sor Mariana fue vestirse y al ver que no podía escapar decidió esconderse. "Cuando me di cuenta de que estaba ocurriendo un terremoto, corrí al balcón para pedir ayuda y vi gente desesperada por escapar. El primer piso estaba demasiado alto para saltar, mi habitación estaba colapsando y no podía salir porque la puerta estaba atascada, así que hice lo único que parecía inteligente en ese momento y me escondí debajo de la cama".
"Cuando comenzaba a perder toda esperanza de ser salvada, me resigné a ello y comencé a enviar mensajes a amigos diciendo que oraran por mí y que oraran por mi alma y les dije adiós para siempre".
"Sin embargo un chico entró, me tomó por el brazo y me sacó. No sé cómo me las arreglé para abrir la puerta, mis recuerdos son confusos. Después él me mostró el camino para salir del convento", añadió.
Además de Sor Mariana otros tres religiosos fueron puestos a salvo por los equipos de rescate, mientras que siguen buscando entre los escombros del convento a tres hermanas y cuatro personas de edad avanzada que están desaparecidos tras el terremoto, según informó el medio italiano.