Se dice que los santos "vienen de a dos" como en los casos de la Virgen María y San José, San Pedro y San Pablo, San Francisco y Santa Clara o los esposos franceses San Luis y Santa Celia Martin.
Quizás la dupla de santos y amigos que más se conoce en la actualidad es la de Santa Teresa de Calcuta y San Juan Pablo II, cuyos caminos se entrelazaron cuando la religiosa era superiora de las Misioneras de la Caridad y Juan Pablo II era Obispo de Roma.
En 1986, el Papa llegó hasta la casa de Santa Teresa ubicada en el corazón de los barrios pobres de Calcuta. La santa describió esta visita como "el día más feliz de mi vida".
Cuando llegó el Santo Padre, la santa subió al papamóvil y besó su anillo, conocido como el "anillo del pescador". Luego el Pontífice besó la frente de la religiosa, un saludo que intercambiaron cada vez que se encontraron.
Después de un cálido "hola", Santa Teresa de Calcuta llevó a San Juan Pablo II a su hogar llamado Nirmal Hriday (Sagrado Corazón), que era un hospicio para enfermos, indigentes y moribundos, que fundó en la década de 1950.