ROMA,
La Hermana Mary Prema, actual Superiora General de las Misioneras de la Caridad, aseguró que la enseñanza más importante que pudo dejar la Beata Madre Teresa de Calcuta fue "hacer siempre las cosas pequeñas con gran amor".
"No tenemos que esperar grandes ocasiones para amar y darnos a nosotros mismos, sino en las pequeños momentos de nuestra vida en comunidad, y especialmente en el servicio a los pobres. Al limpiar, lavar, al dar una sonrisa o una palabra amable", expresó la sucesora de la Madre Teresa en diálogo con ACI Prensa, días antes de la canonización de la Beata el 4 de septiembre en el Vaticano.
La religiosa aconsejó también que "no tengamos prisa" y "no participemos en una carrera en la que los proyectos y planes nos priven de lo que realmente nos hace humanos, que es amar y ser amado (…). Insistir y trabajar en el amor nos hace más capaces de aceptar lo que Dios nos muestra a través del sufrimiento, por medio de rechazo u otras dificultades".
Sor Mary Prema conoció a la Madre Teresa en 1980 cuando apenas tenías 20 años, justo después de leer su biografía "Algo Bonito para Dios" de Malcolm Muggeridge. "La vi por primera vez cuando ella tenía 70 años, por lo que ya estaba un poco encorvada, pero sus ojos estaban llenos de vida y en el interior estaba su grandeza".
Aseguró que el amor incondicional de madre fue lo más destacable de su predecesora: "no fue su apariencia, fue la forma como se relacionó conmigo y con la que se hizo a sí misma útil en la comunidad lo que me hizo conocer a una persona que ama, que me aceptó, que me quiso y fue una madre para mí".
Al poco tiempo de conocerla, Sor Mary Prema sintió el llamado a unirse a las Misioneras de la Caridad y por ello se trasladó a la India.