RIO DE JANEIRO,
Las Olimpiadas de Río 2016 están llenas de momentos memorables pero hasta ahora ninguno supera en emoción al que protagonizaron dos atletas en la primera ronda eliminatoria de la carrera de 5000 metros planos.
En la primera ronda eliminatoria, la corredora Nikki Hamblin de Nueva Zelanda tropezó y causó sin querer la caída de Abbey D'Agostino de Estados Unidos. D'Agostino ayudó a Hamblin a levantarse, y unos metros después la estadounidense estuvo a punto de abandonar la carrera pero la neozelandesa –en vez de retomar la prueba– la alentó para que cruzara la meta.
La caída tuvo serias secuelas en ambas y fueron las últimas en terminar la prueba en medio de una gran ovación. D'Agostino sufrió una grave lesión y en cuanto cruzó la meta fue llevada en silla de ruedas para recibir primeros auxilios.
A friendship is born! Abbey and Nikki at the track today!
Una foto publicada por @teamdags el
17 de Ago de 2016 a la(s) 11:21 PDT
En una declaración publicada en el sitio web USA Track & Field, Abbey D'Agostino señaló que "aunque mis acciones fueron instintivas en ese momento, la única forma en la que pude racionalizarlo es que Dios preparó mi corazón para responder de esa forma".