VATICANO,
Concluido el rezo del Ángelus en la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el 15 de agosto, el Papa Francisco lamentó la nueva matanza ocurrida el fin de semana en el noreste de la República Democrática del Congo, en África, y denunció el "silencio vergonzoso" a nivel mundial sobre estos crímenes.
La noche del 13 de agosto, un grupo armado con machetes acabó con la vida de al menos 45 civiles cerca de la ciudad de Beni, en la región de Kivu del Norte.
El gobierno de República Democrática del Congo responsabilizó por la masacre al grupo rebelde Fuerzas Democráticas Aliadas, al que las Naciones Unidas acusan de diversos crímenes.
El Santo Padre encomendó "a la Reina de la paz, que contemplamos hoy en la gloria celestial" las "angustias y los dolores de las poblaciones que en tantas partes del mundo son víctimas inocentes de los conflictos persistentes".
"Mi pensamiento se dirige a los habitantes de Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo, recientemente afectados por nuevas matanzas, que desde hace tiempo se perpetúan en el silencio vergonzoso, sin llamar ni siquiera nuestra atención".
Estas víctimas, dijo, "lamentablemente forman parte de los tantos inocentes que no tienen peso en la opinión mundial".