Si callamos “gritarán las piedras”, dicen obispos ante ley pro gay en Madrid

Los prelados señalan en su nota del 7 de agosto que "inspirada por una antropología no adecuada que niega la diferencia sexual varón-mujer y la unidad de la persona cuerpo-espíritu, esta ley se halla en contradicción con la moral natural, acorde con la recta razón, y pretende anular la enseñanza pública de la Biblia" así como "del resto del Magisterio de la Iglesia referido al designio de Dios sobre el varón y la mujer".

"Más aún, pretende prohibir, incluso, rezar públicamente por las personas que suplican la oración para un cambio de orientación en su vida", añaden.

Sobre la nota de los obispos, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, dijo el martes 9 de agosto en rueda de prensa que las afirmaciones de los tres prelados "no me gustan; digo claramente que ese tipo de opiniones no las comparto y discrepo absolutamente de ellas".

En su opinión, "la mayoría de los católicos no comparten la opinión de los dos obispos" y consideró que la ley pro LGTB es "un compromiso electoral a favor de la igualdad de las personas con independencia de su identidad sexual".

En su nota, los tres obispos firmantes advierten que la ley es "un ataque a la libertad religiosa y de conciencia" y "un ataque y censura al derecho de los padres a educar a sus hijos según sus propias creencias y convicciones".

Para los obispos la ley muestra que "los partidos políticos del arco parlamentario, también los grandes sindicatos, la mayoría de los medios de comunicación y muchas de las grandes empresas quieren imponer 'ideológicamente' un 'pensamiento único' que anule la libertad y el coraje de buscar la verdad de la persona humana, en su unidad cuerpo-espíritu y en su diferencia sexual varón-mujer".

"Cuando no se busca la Verdad –prosiguen– cuando no se respetan ni siquiera los argumentos de la biología inherente a la genealogía de la persona, se impone por ley la ideología –en este caso la 'ideología de género'– y se coacciona la libertad con sanciones y persecución".

Ante esta situación alientan a los católicos a defender "con todos los medios legítimos y en todas las instancias que corresponda, la libertad religiosa y de conciencia, la libertad de los padres a educar a sus hijos según sus propias creencias y convicciones, la libertad de enseñanza y los demás derechos fundamentales que, creemos, se conculcan gravemente en esta ley".

"Si nosotros callamos gritarán las piedras", alertan.

Los prelados exhortan además a llevar la misericordia de Dios a todos y precisan que en medio del mundo "luchamos contra el mal ganando para Jesucristo cada corazón, acudiendo a la intercesión de la Santísima Virgen María e invocando a San Miguel Arcángel".

"Luchamos contra el mal llevando el bálsamo de la misericordia a los que sufren la herida de la confusión y del error: su médico es Cristo y el hospital de campaña donde llevarlos y sanarlos es la posada de la Iglesia", subrayan.

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