MADRID,
La ola de atentados terroristas de signo islamista que sacude Francia desde hace un año y medio obliga cada vez más a extremar las medidas de seguridad en todos los órdenes. Especialmente las iglesias, en el punto de mira de los yihadistas.
Es el caso del Santuario de la Virgen de Lourdes, que está intensificando la seguridad de cara a la fiesta de la Asunción –fiesta nacional en Francia– del próximo lunes 15 de agosto hasta el punto de haber considerado la cancelación de la misa y la procesión a la que cada año asisten unas 25.000 personas, según señala el diario Catholic Herald.
La alta concentración de peregrinos supondría un problema de seguridad para las autoridades, y así lo ha reconocido la prefecto de la región de los Pirineos, Beatrice Lagarde.
Por ello el día de la Virgen las carreteras que rodean el sitio Lourdes estarán cerradas al tráfico, y los contenedores serán reemplazados por bolsas de plástico transparentes.
De esta forma se cerrarán la mayoría de entradas al santuario para obligar a los asistentes a acceder a través de puertas de seguridad en las que se efectuarán diferentes registros.
Un total de 250 personas participarán en el dispositivo de seguridad, incluidos policías y especialistas en desactivación de bombas.