ROMA,
El Arzobispo de Hong Kong (China), Cardenal John Tong, publicó recientemente un artículo donde deja entrever la posibilidad de un acuerdo entre el gobierno comunista y la Santa Sede, el cual reconocería la autoridad del Papa para nombrar obispos, sin considerarlo "una injerencia en los asuntos internos de China".
El texto fue publicado el 4 de agosto en chino, inglés e italiano, y en este el Purpurado de 77 años reflexionó sobre las relaciones entre el régimen chino y la Santa Sede, desde que los comunistas tomaron el poder en 1949 y expulsaron al Nuncio Apostólico en 1951, hasta la actualidad; un tiempo en el cual "la unidad entre la Iglesia católica en China y la Iglesia universal se fue haciendo cada vez más difícil".
En ese sentido, abordó la situación de los obispos ilegítimos (aquellos que no fueron nombrados por el Papa); y de los "subterráneos" (nombrados por la Santa Sede y que por tanto no pertenecen a la Asociación Patriótica, que es la "iglesia oficial" controlada por el gobierno).
Además, el Cardenal Tong reflexionó sobre la situación de los prelados encarcelados y la Conferencia de los obispos en China, que no es reconocida por el Vaticano, pues excluye a los obispos nombrados por ella.
A pesar de esto, el Arzobispo, que también es director del Centro de Estudios Holy Spirit de Hong Kong, afirmó que ahora las cosas están cambiando y "afortunadamente, después de haber trabajado muchos años en el problema, la Iglesia Católica gradualmente se ganó la consideración del gobierno chino, que ahora está dispuesto a llegar a un acuerdo con la Santa Sede sobre la cuestión del nombramiento de los obispos en la Iglesia católica en China y en la búsqueda de un plan recíprocamente aceptable".