Sydney McLaughlin, quien a su corta edad se convirtió en el miembro más joven de la selección de Estados Unidos para participar en los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro (Brasil), considera que su fe cristiana la impulsa a competir con los mejores atletas del mundo.
"El atletismo es un deporte muy mental, hay mucha presión y la expectativa está puesta en ti. Cumplir con lo que sé y saber que todo lo que me fue dado proviene de Dios, sin duda jugó un papel muy importante para mí", dijo la atleta a ACI Prensa.
El 10 de julio, con todavía 16 años, McLaughlin consiguió la clasificación terminando tercera en los 400 metros con vallas en los ensayos del estado de Oregon, a pesar de que en los últimos meses enfermó de mononucleosis, su madre sufrió un ataque al corazón y tuvo un ataque de nervios antes de la competencia.