CRACOVIA,
El Papa Francisco compartió esta tarde un alegre y distendido almuerzo con 12 jóvenes voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Cracovia a quienes escuchó con atención y los alentó a dar testimonio de Cristo y a "no dejarse robar la esperanza".
Los jóvenes estaban liderados por la vocera de la JMJ, Dorota Addelmoula. Todos de distintos países de los cinco continentes como Brasil, Polonia, Nueva Zelanda, Canadá, Costa Rica, Costa de Marfil, Zimbawe, Rusia, Vietnam y Colombia.
Addelmoula comenta que esta experiencia de almorzar con el Santo Padre "es un momento que nos ha inspirado y nos seguirá inspirando".
En el almuerzo conversaron en español y comieron unos típicos ravioles del estilo polaco, ensalada, frutos de mar y pescado.
Al ser preguntado sobre lo que se necesita para convertir a otros, el Papa respondió: "Más que la palabra, sirve el ejemplo".