VALENCIA,
Desde fuera nada hace pensar que en el interior de la pequeña iglesia de San Nicolás de Bari en la ciudad de Valencia (España) se encuentra la llamada "Capilla Sixtina de Valencia" por la belleza de los frescos que decoran la bóveda.
"Se la llama así porque visitó la iglesia el restaurador de la Capilla Sixtina, Gianluigi Colalucci, quien al ver la calidad de las pinturas, que son frescos pintados sobre una estructura gótica se quedó impresionado y afirmó que aquí teníamos, salvando las distancias, la Capilla Sixtina valenciana", explica María Luz Segarra, directora de operaciones de la Iglesia de San Nicolás de Bari.
Según explica la experta, la belleza de esta pequeña pero magnífica iglesia reside en el gran arte con el que fue proyectada y pintada, pero reconoce que hay grandes diferencias con la Capilla Sixtina "que es del Renacimiento y pintada por Miguel Ángel y esto es de estilo Barroco y no fue pintada por él", pero apunta que si su belleza impresionó a Colalucci "quien había trabajado durante años en la restauración de la Capilla Sixtina" algo de bello debe tener.
Sin embargo, durante años su belleza estuvo oculta, ennegrecida por el humo de las velas que durante siglos se han encendido en la iglesia y que al no tener ventilación adecuada, se pegaba a las paredes, manchándolas.
"Lo espectacular de San Nicolás es que son 1900 metros cuadrados de superficie para pintar, además de la calidad de las pinturas y colores. Nunca nos habríamos imaginado que lo que llevaba siglos ennegrecido por el humo de las velas era algo así de impresionante", indica a ACI Prensa.