ROMA,
El 8 de julio el Papa Francisco aprobó el decreto que reconoce las virtudes heroicas de Mons. Alfonso Gallegos, Obispo Auxiliar de Sacramento en Estados Unidos, cuya vida de oración, defensa de los no nacidos y dedicación a los más necesitados, especialmente los inmigrantes, llevó a la apertura de su causa de beatificación en el año 2005.
Alfonso Gallegos Apocada nació en Albuquerque, estado de Nuevo México (Estados Unidos) el 20 de febrero de 1931, en el seno de una familia muy piadosa en la que se rezaba el rosario con mucha frecuencia.
Sus padres fueron Joseph y Caciana. Fue el octavo de 11 hermanos. Alfonso nació con dos marcadas características físicas: una grave miopía, que le mantuvo siempre al borde de la ceguera, y una gran sonrisa.
Los agustinos recoletos de la parroquia de San Miguel, en el barrio de Watts en Los Ángeles (California), ayudaron a que el pequeño monaguillo mantuviera viva la vocación, aunque el problema de la vista siempre generó dudas sobre su capacidad para el ministerio sacerdotal.
Finalmente ese no fue un inconveniente y el 3 de septiembre de 1951 profesó como agustino recoleto en Kansas City.
En 1954 pasó al seminario principal de la orden, el monasterio de Tagaste, en Suffern, estado de Nueva York. El problema de la vista empeoró y eso le impedía rezar el breviario por lo que reemplazaba esa oración por la del rosario.