BANGKOK,
Pasar de una pequeña localidad en el centro de España como es Ciudad Real a Tailandia es un grandísimo cambio, algo que sabe bien el misionero español P. Luis Miguel Avilés, quien vivió allí durante 10 años evangelizando y trabajando por la educación de los jóvenes, especialmente en defensa de aquellas menores que están en peligro de caer en la prostitución y la trata de personas.
En entrevista concedida a ACI Prensa, el sacerdote explicó que una de las formas de combatir estos flagelos es la educación de las chicas, especialmente en el noreste del país.
Las muchachas de esa región, relata, "tradicionalmente eran captadas para trabajar en burdeles en el sur, que es más turístico. Especialmente peligrosa es la época en la que estudian secundaria".
"Ahí muchas de ellas dejan la escuela y se van a trabajar normalmente en la prostitución", denuncia.
El misionero explica que "las salesianas de Bankok han establecido una serie de 'pasillos' para que las jóvenes se formen con cursillos para hacer otros trabajos en las casas como personal de cocina y limpieza. Ellas les enseñan todo y así tienen otra opción para trabajar".
De esta manera, "muchas han sido capaces de salir de un camino que las llevaba a la prostitución".