CARACAS,
La raíz de la crisis en Venezuela está en la imposición de un sistema totalitario, expresó la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) al término de su Asamblea Plenaria, en un mensaje en el que advirtió que la democracia en el país "está resquebrajada" y que el Consejo Nacional Electoral (CNE) "tiene la obligación de cuidar el proceso del referéndum revocatorio para que se realice este año".
En una extensa exhortación con fecha 12 de julio, los obispos afirmaron que el referéndum revocatorio es "un camino democrático, un derecho político contemplado en la Constitución"; asimismo, reiteraron su ofrecimiento para "facilitar" un diálogo a fin de solucionar la crisis.
El 2 de mayo la Mesa por la Unidad Democrática (MUD) presentó ante el CNE un millón y medio de firmas que respaldan la iniciativa para, mediante un referéndum, revocar al Presidente Nicolás Maduro. Este número superó ampliamente las cerca de 200.000 rúbricas exigidas por la ley.
Sin embargo, debido a que las autoridades electorales retrasaban el proceso para validar las firmas, la oposición organizó manifestaciones callejeras que, aunque fueron reprimidas por el gobierno, obligó al CNE a iniciar el proceso que debería culminar el 26 de julio aproximadamente.
Aprobadas las firmas, la MUD deberá recoger en unos días cerca de 4 millones de rúbricas (20% del padrón electoral) para que recién el CNE fije la fecha del referéndum. Para revocar al Presidente se necesita obtener más de 7 millones 587 mil votos, que es la cantidad con la que Maduro fue elegido en abril de 2013 que fue el 50,61% de los sufragios.
Sin embargo, para revocar a un gobierno, el referéndum debe realizarse antes de que este cumpla la mitad de su periodo de 6 años. Es decir que si la consulta popular tiene lugar en 2017, Maduro solo sería reemplazado por su vicepresidente Aristóbulo Istúriz.