MADRID,
En el mes de julio el Papa Francisco ha pedido, en el vídeo de sus intenciones de oración, que se rece especialmente por los pueblos indígenas y el respeto a sus culturas y tierras; y anima a unir las voces en defensa de estas poblaciones que ven amenazadas "su identidad y hasta su misma existencia".
Eso es algo que el sacerdote español P. Luis Miguel Modino lleva a cabo todos los días desde que se trasladó desde Madrid (España) hasta la zona de Alto Río Negro en Brasil, en la región fronteriza con Colombia, donde viven diversas comunidades indígenas.
"Mi trabajo es principalmente pastoral pero también de promoción humana sobre todo en una realidad indígena que está siendo muy perseguida por intereses relacionados con las tierras, la madera y la extracción de mineral por parte de multinacionales que cuentan con el apoyo de los gobiernos latinoamericanos. Este es, sin duda, uno de los principales problemas que vive el mundo indígena", asegura el misionero a ACI Prensa.
Ser voz de quienes no tienen voz
En esas comunidades que viven tan apartadas, explica el sacerdote, "la presencia gubernamental es prácticamente inexistente, a ellas nadie las escucha, las condiciones de sanidad y educación son prácticamente nulas, por eso nuestro trabajo como misioneros es tener esa presencia que les ayude a resolver los problemas del día a día".
"Que ellos puedan denunciar estos problemas que tienen ante el gobierno del municipio porque actualmente no tienen las condiciones, ni siquiera, de ir hasta la ciudad a la que tardan una semana en llegar. Por eso es necesario que haya algún modo en el que puedan denunciar y defender sus derechos. El trabajo del misionero, además de la evangelización e impartir los sacramentos es ser la voz de aquellos que no tienen voz", declara a ACI Prensa.