ASMARA,
A cualquier hora del día o de la noche el sacerdote eritreo, P. Mussie Zerai, responde siempre a las llamadas pidiendo ayuda desde el Mar Mediterráneo, con las que él luego da aviso a salvamento marítimo para que los rescaten.
El número de teléfono de este sacerdote está grabado en las paredes de una cárcel libia a la que muchos inmigrantes de Eritrea van a parar tras pasar de manera ilegal al país.
La historia comenzó de manera inesperada en 2003. "Un periodista me pidió ayuda para traducir a unos refugiados que estaban dentro de esa cárcel. Uno se quedó con mi teléfono y lo escribió en la pared", relata a ACI Prensa.
"Cuando salieron de Libia y cogieron una patera para llegar a las costas europeas se encontraron que iban a naufragar. Volvieron a llamarme porque eran el único teléfono que tenían y en el que podían hablar en su idioma. Llamé corriendo a salvamento marítimo y a la guardia costera", explica.
Desde entonces, el P. Zerai afirma que él y otros voluntarios han podido ayudar a más de 150 mil personas en los años que lleva haciendo este importante servicio. Al último grupo lo ayudó hace solo unos días.
"Aproximadamente fueron 260 personas que iban en dos barcazas. Tenían miedo, iban a naufragar. Finalmente salvaron la vida", narra a ACI Prensa.