VATICANO,
Este miércoles, el Papa Francisco no celebró la tradicional audiencia puesto que se retomará en agosto después de unas semanas de descanso; pero sí mantuvo un conmovedor encuentro con 200 pobres, discapacitados y enfermos en el Aula Pablo VI, a quienes les aseguró que son el tesoro de la Iglesia.
"La Iglesia ha querido compartir vuestra condición, y se ha hecho, por amor, uno de ustedes, despreciado de los hombres, olvidado, uno que no cuenta nada", les dijo.
Los enfermos llegaron procedentes de Francia junto al Cardenal Philippe Barbarin, Arzobispo de Lyon. Pertenecen al Movimiento Cuarto Mundo, que tiene como principal objetivo ayudar a estar personas y fue inspirado por el sacerdote Joseph Wresinski, de quien el Pontífice habló en su discurso.
Al comienzo, algunos de los asistentes contaron su testimonio y pidieron a Francisco que la Iglesia abra las puertas a los pobres.
El Papa señaló que la presencia de todos ellos "es un hermoso testimonio de fraternidad evangélica" y aseguró que están "en el corazón de la Iglesia, porque Jesús, en su vida, ha dado siempre prioridad a personas que eran como ustedes, que vivían en situaciones límite".
"Cual sea que es vuestra condición, vuestra historia, el peso que lleváis es el de la capacidad de acoger. Él acoge a cada uno. En Él somos hermanos, y querría que ustedes sientan cómo son bienvenidos aquí, vuestra esperanza es importante para mí y también es importante que estén aquí, en su casa".