VATICANO,
Desde la ventana del estudio en el Palacio Apostólico, el Papa Francisco comentó el Evangelio del día y después rezó el Ángelus junto a miles de fieles que los escucharon desde la Plaza de San Pedro recordar cual es la verdadera misión del cristiano: ser testimonio alegre del Evangelio.
El Papa aseguró que "la del cristiano en el mundo es una misión estupenda y destinada a todos" y "ninguno está excluido; ella requiere mucha generosidad y sobre todo la mirada y el corazón dirigida a lo alto para invocar la ayuda del Señor". "Hay mucha necesidad de cristianos que testimonien con alegría el Evangelio cada día".
Francisco, dirigiéndose a fieles y pastores, subrayó que "estamos llamados a aprender cada vez más el arte de estar alegres, no por motivos humanos, sino por la certeza de que 'nuestros nombres están escritos en el cielo, es decir, que estamos predestinados a ser impregnados del amor de Jesús, ya en esta tierra, y sobre todo en la otra vida".
Francisco pidió invocar a Dios "el Señor de la mies, para que mande obreros a su mies". "Los 'obreros' de los que habla Jesús son los misioneros del Reino de Dios, que Él mismo llamaba y enviaba de dos en dos a cada ciudad". El Papa explicó que su misión era "anunciar un mensaje de salvación para todos diciendo 'está cerca el Reino de Dios'".
"Los misioneros anuncian siempre un mensaje de salvación a todos. No solo los misioneros que van lejos, también nosotros, misioneros cristianos, decimos una buena palabra de salvación. Este es el don que nos da Jesús con el Espíritu Santo. Este anu
"Jesús ha 'acercado' a Dios a nosotros; en Jesús Dios reina en medio de nosotros, su amor misericordioso vence del pecado y la miseria humana", dijo el Papa.