VATICANO,
En su reflexión esta mañana en la audiencia jubilar en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco explicó que "la misericordia no es una palabra abstracta sino un estilo de vida" ya que una persona puede decidir ser misericordiosa o no, puede decidir involucrarse y ayudar a los demás o ser indiferente ante las necesidades del prójimo.
El Papa comenzó su reflexión afirmando que es necesario hacer un "serio examen de conciencia" sobre las obras de misericordia en la vida cotidiana.
"Es bueno, de hecho, no olvidar nunca que la misericordia no es una palabra abstracta, sino un estilo de vida. Una persona puede ser misericordiosa o puede ser no misericordiosa. Es un estilo de vida, yo elijo vivir como misericordioso o elijo vivir como no misericordioso. Una cosa es hablar de misericordia, otra es vivir la misericordia".
El Santo Padre explicó que "la misericordia sin las obras está muerta en sí misma. ¡Propiamente! Lo que hace viva la misericordia es su constante dinamismo para ir hacia el encuentro de las necesidades de aquellos que están en dificultad espiritual y material"
A veces, alertó el Pontífice, "pasamos delante de situaciones de dramática pobreza y parece que no nos tocan; todo continúa como si nada pasara, en una indiferencia que al final nos hace hipócritas y, sin que nos demos cuenta, termina en una forma de letargo espiritual que hace insensible el ánimo y estéril la vida".
Cuando esto sucede, dijo Francisco, las personas se convierten en "gente que pasa sin vivir, es gente que no sirve a los otros. Y recuerden bien: quien no vive para servir, no sirve para vivir".