REDACCION CENTRAL,
Las afirmaciones del Papa Francisco sobre los matrimonios nulos a mediados de 2016 pusieron sobre el tapete el tema de la nulidad matrimonial, un asunto que preocupa al Santo Padre y para el cual estableció una reforma.
Un matrimonio es nulo cuando existe alguna de las causales que permiten probar que entre un hombre y una mujer, por diversas razones, nunca existió matrimonio.
"Es importante que la gente recuerde que la Iglesia siempre presume la validez de un matrimonio a menos que se demuestre lo contrario", dijo en diálogo con ACI Prensa, J.D. Flynn, un especialista en derecho canónico de Nebraska en Estados Unidos.
El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) precisa, en el numeral 1625, que para que exista matrimonio los protagonistas deben ser libres, es decir, que debe realizarse plena voluntad y consentimiento de los contrayentes. Los que participan no deben "obrar por coacción" y no deben estar "impedidos por una ley natural o eclesiástica".
Se debe tener claro que "el vínculo matrimonial es establecido por Dios mismo, de modo que el matrimonio celebrado y consumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás", señala el numeral 1640.
La Iglesia tiene procesos muy específicos para evaluar los posibles casos de nulidad y para ello se debe presentar ante el juez competente las pruebas pertinentes y deben intervenir las dos personas que forman parte del proceso. "El hecho de que una pareja tenga dificultades no significa que el matrimonio sea nulo", precisó Flynn.