DENVER,
El próximo 16 de octubre, el Papa Francisco canonizará al Beato Salomón Leclercq, mártir de la Revolución Francesa, quien murió a manos de una turba que lo asesinó junto a otros religiosos por mantener su fidelidad a Cristo. Esta es su historia.
El Beato Salomón Leclercq, cuyo nombre de bautizo fue Guillaume-Nicolas-Louis, fue hijo de un rico comerciante de vino. Nació en Boulogne, Francia, en 1745.
En 1767, a los 21 años de edad, ingresó al noviciado de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, instituto de educadores fundada por San Juan Bautista de La Salle, donde tomó el nombre religioso de Salomón.
Durante su tiempo en la comunidad, se desempeñó como profesor, maestro de novicios, administrador de una escuela, y, finalmente, como secretario del superior general de la orden, el Hermano Agathon. Era conocido por su gran amor por las personas y su duro trabajo.
En 1790, con la Revolución Francesa ya en marcha, la Constitución Civil del Clero dio al Estado el control total sobre la Iglesia en Francia. El gobierno comenzó a vender bienes de la Iglesia y exigió a todos los sacerdotes y religiosos hacer un juramento al gobierno para que sus instituciones mantengan su estatus operativo legal.
Al igual que muchos clérigos de la época, la mayoría de los hermanos del instituto de Salomón se negaron al juramento, por lo que se les obligó a abandonar sus escuelas y comunidades.