EREVÁN,
En su discurso dirigido al Presidente, las autoridades civiles y el cuerpo diplomático de Armenia, el Papa Francisco afirmó que la humanidad debe aprender de las trágicas experiencias del pasado para "evitar el peligro de volver a caer en tales horrores" como el genocidio armenio.
El genocidio armenio fue la masacre perpetrada por el Imperio Otomano, la actual Turquía, en la que 1,5 millones de armenios murieron asesinados entre 1915 y 1923; una masacre que los turcos no admiten como genocidio.
"Teniendo ante los ojos los terribles efectos que en el siglo pasado causaron el odio, los prejuicios y el deseo desenfrenado de poder, espero sinceramente que la humanidad sea capaz de aprender de esas trágicas experiencias a actuar con responsabilidad y sabiduría para evitar el peligro de volver a caer en tales horrores", dijo el Papa.
Acompañado de su séquito, el Santo Padre sostuvo en Ereván (Armenia), un encuentro con el Presidente Serzh Sargsián, a quien le obsequió una medalla de la visita apostólica con la imagen de San Gregorio el Iluminador, fundador y patrón de la Iglesia apostólica armenia. El regalo fue elaborado por la artista Danila Longo.
Antes de la alocución del Pontífice, el mandatario armenio pronunció un discurso en el palacio presidencial en el que hizo un breve repaso a la historia cristiana de Armenia y la gran importancia de la fe en esta nación.
Sargsián resaltó que "el cristianismo es más que una religión para nosotros. Es un estilo de vida que ha insertado en el pueblo armenio el deseo de vivir en paz y la filosofía de superar las dificultades con moderación y dignidad".