REDACCION CENTRAL,
Para muchos el padre de la teoría del Big Bang (la gran explosión), es el físico ruso nacionalizado estadounidense, George Gamov; sin embargo, pocos saben que años antes esta teoría que busca explicar el origen del universo ya había sido propuesta por el sacerdote Georges Lemaître.
Hoy se cumplen 50 años del fallecimiento de este formidable matemático que desde muy joven, descubrió su doble vocación de religioso y científico.
El P. Lemaître nació en Charleroi (Bélgica), en 1894. Era hijo de un médico y ya desde su infancia se distinguió por su habilidad para las matemáticas y su espíritu curioso. Atracción por las ciencias que enriquece con su vocación sacerdotal.
Gracias a sus estudios, en la década de 1920 tuvo la intuición de que el universo tenía una historia y se encontraba en evolución; oponiéndose así a la concepción de todos los científicos de época, especialmente Albert Einstein que estaba convencido de la teoría del universo estático, inmutable y eterno.
Como explica el científico Eduardo Riaza, Lemaître no tuvo inconvenientes en plantear un universo con un pasado infinito. Sus estudios de filosofía sobre la base de Aristóteles y Santo Tomás de Aquino le mostraron que su planteamiento no contradecía su creencia en un Dios creador del mundo, ya que un universo creado no necesita un comienzo en el tiempo.
"Conocemos el origen temporal del cosmos por medio de la Revelación Divina, pero en teoría nada impediría que Dios hubiera creado el universo desde siempre. Aunque el tiempo fuera infinito –tanto en el pasado como en el futuro–, no dejaría de tener una causa", precisa.