ROMA,
En Aleppo -la ciudad más devastada por la guerra en Siria- existe un oratorio "a prueba de bombas" donde 350 niños cristianos se reúnen bajo el lema "Sean misericordiosos como nuestro Padre" para orar por su país y por la conversión de los yihadistas.
"No tenemos miedo debido a que cada día desafiamos a las bombas y a la muerte con nuestra alegría de vivir", expresó el P. Firas Lutfi, sacerdote responsable del oratorio de la Iglesia latina de San Francisco en Alepo, al diario Avvenire de la Conferencia Episcopal Italiana.
Los niños que lo conforman son de distintas confesiones cristianas - católicos, ortodoxos, armenios, melquitas- con edades entre 3 y 15 años. En este espacio también cantan, juegan y hacen amigos.
Según el sacerdote, esta iniciativa es "una luz para una ciudad mártir de la guerra civil siria" que, según la ONU, es la más sangrienta después de la Segunda Guerra Mundial con 250 mil muertos y millones de desplazados.
Este año la Asociación Pro Terra Sancta, que está al servicio de la Custodia de Tierra Santa, pidió que en las parroquias de Italia se replique este "oratorio" como una obra de misericordia para que los niños sirios sientan que no están solos.