Cada 17 de junio la Iglesia celebra a San Alberto Chmielowski, religioso polaco, al que muchos califican como “uno de los santos más importantes de nuestro tiempo”.
Chmielowski fue pintor de profesión, un artista que luego se haría religioso, movido por su inmenso deseo de servir al Señor en los hermanos. Y, como si esto fuera poco, el testimonio de vida que dejó y su figura espiritual se convirtieron en su más grande legado: Antonio fue el hombre que inspiró al Papa San Juan Pablo II, su más insigne compatriota, a conocer y a amar su particular vocación.
San Alberto Chmielowski fue el fundador de la Congregación de las Hermanas Albertinas Siervas de los Pobres -nombre actual de la congregación- y de los Hermanos de la Tercera Orden Regular de San Francisco, Servidores de los Pobres -conocidos como “albertinos”-.
Joven patriota
Adán Hilario Bernardo Chmielowski nació en un pequeño pueblo del reino de Polonia (en ese momento anexado al Imperio ruso), el 20 de agosto de 1845. De origen aristocrático, creció en un clima en el que se mezclaron los ideales patrióticos y el amor a quienes sufrían abandono.
Al cumplir los 18 años empezó a estudiar agricultura y recursos forestales. Por ese entonces participó de la denominada “Insurrección de 1863” contra la "rusificación" política y cultural de Polonia. Fue gravemente herido en una pierna, que tuvo que ser amputada después. Chmielewski decide entonces refugiarse en Bélgica, país donde realiza estudios de ingeniería y pintura, dejando atrás la carrera de agricultura. Se muda luego a París y después a Múnich.