VATICANO,
El Vaticano hizo pública hoy la carta Iuvenescit Ecclesia (La iglesia Rejuvenece) de la Congregación para la Doctrina de la Fe que da algunas directrices a los obispos del mundo sobre los carismas eclesiales: movimientos, nuevas comunidades, asociaciones de fieles, institutos seculares e incluso vida consagrada.
El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Gerhard Ludwig Müller, explicó en la presentación que "el título mismo habla de la capacidad del Espíritu Santo de hacer rejuvenecer la Iglesia y, junto a ella, todas las personas, las relaciones y los lugares que
aceptan acogerlo".
Así pues, "el surgir de tantas nuevas asociaciones, grupos y movimientos eclesiales, así como de tantos nuevos de institutos de vida consagrada, después del Concilio Vaticano II, nos ha hecho redescubrir concretamente el fluir eclesial de esta afirmación conciliar".
El Purpurado sostuvo que "hemos creído necesario ofrecer a los Pastores y a los fieles una segura y valiente consideración de la relación entre estos dones, que ha vivificado la vida de la Iglesia, especialmente con el surgir, en el pasado reciente, de los 'movimientos' y de las nuevas comunidades eclesiales".
"El objetivo de este documento es el de favorecer, a través de una profunda conciencia de los elementos esenciales relativos a dones jerárquicos y carismáticos, más allá de toda contraposición o yuxtaposición estéril".
Por su parte, el Prefecto de la Congregación para los Obispos, Cardenal Marc Ouellet, señaló que "la relación entre dones jerárquicos y carismáticos para la vida y la misión de la Iglesia nos coloca ante las estructuras de comunión que permiten a la Iglesia desarrollar su misión de modo tal que se proclame la alegría del Evangelio y suscite la adhesión de los fieles, también de los no creyentes, no por proselitismo sino por atracción, como repite a menudo el Papa Francisco".