VATICANO,
El Papa Francisco advirtió que encerrarse siempre en la ley es como enjaular al Espíritu Santo, y el cristiano que hace esto no acepta a los profetas y aquello que predican, por lo que pierden la memoria de las maravillas y los dones que el Señor ha hecho en su vida.
En la homilía de la Misa en la Casa Santa Marta, el Pontífice comentó el Evangelio del día en el que Jesús narra la parábola del Viñador.
Francisco explicó que se trata de la imagen de "un pueblo cerrado en sí mismo, que no se abre a las promesas de Dios, que no espera las promesas de Dios. Un pueblo sin memoria, sin profecía y sin esperanza".
"La memoria no interesa. La profecía: mejor que no vengan los profetas. ¿Y la esperanza? Alguno la verá. Este es el sistema a través del cual se legitiman ellos: doctores de la ley, teólogos que siempre van por la via de la casuística y no permiten la libertad del Espíritu Santo; no reconocen el don de Dios, el don del Espíritu y encierran al Espíritu, porque no permiten la profecía en la esperanza".
El Papa señaló que Jesús habla de este sistema, "un sistema de corrupción, de mundanidad y de concupiscencia", como dice San Pedro en la primera lectura.
El Pontífice reconoció que Jesús mismo "estuvo tentado de perder la memoria de su misión, de no dejar lugar a la profecía y de preferir la seguridad a la esperanza".