ROMA,
El P. William Cañón es un misionero colombiano que todos los domingos se convierte en un entrenador de fútbol para llevar alegría a unos 60 niños africanos que viven en extrema pobreza.
El misionero no es jugador profesional pero es aficionado del equipo colombiano Santa Fe y cuando llegó a la localidad de Mamfe, al sur de Camerún, se encontró con un pueblo que conservaba algunas costumbres paganas como la poligamia y problemas como enfermedades, escasez de alimentos, falta de luz eléctrica y agua potable.
El P. Cañón notó que los niños y jóvenes tenían un especial gusto por el fútbol así que decidió aprovechar esta oportunidad para acercarlos a Dios. Todos los domingos el sacerdote celebra la Eucaristía antes de jugar. Muchos de los niños caminan hasta tres horas para llegar. Los partidos se realizan en medio de la selva en una cancha de tierra con arcos improvisados y siempre comienzan con una oración.
"Verlos llegar es un espectáculo inimaginable. Algunos llegan sin zapatos, pero con una alegría inmensa en sus rostros. La mayoría son chicos espontáneos y sinceros. Y, sobre todo, agradecidos. Porque es el único momento que tienen para distraerse y soñar. A pesar de las circunstancias y las dificultades, siempre están allí", expresó el sacerdote a El Tiempo.
"Aquí los niños son felices con lo poco y con la vida que tienen", añadió.